¿SE PUEDE ENSEÑAR SIN NINGÚN MODELO PEDAGÓGICO?

 1. Toda enseñanza responde a una visión

En la práctica educativa diaria, frecuentemente se nota a profesores que imparten desde la experiencia, la tradición o la intuición, sin considerar el contexto pedagógico de su labor. No obstante, detrás de cada elección en el salón de clases (la forma en que se presenta un contenido, la forma en que se rectifica, la organización del espacio y la evaluación) se encuentra una visión educativa. Así pues, aunque no se manifieste de manera deliberada, no es verdaderamente factible enseñar sin adherirse a ningún modelo (Mechavarria, 2023).

Enseñar sin haber elegido un modelo pedagógico conscientemente no significa que no se esté aplicando uno. Por el contrario, toda enseñanza siempre responde a una estructura mental sobre lo que se espera que el estudiante aprenda, cómo lo debe aprender y qué papel debe jugar el docente en ese proceso. Estas estructuras, aunque no sean nombradas, guían las acciones del educador.

Un profesor que domina la mayoría del tiempo, demanda silencio absoluto, reitera ejercicios mecánicos y da prioridad a la memorización, está encarnando la lógica de un modelo tracional, aunque no lo reconozca o no lo exprese. Otro que emplea incentivos positivos y negativos para regular el comportamiento, organiza las clases en función de metas y recompensa el desempeño palpable, está adoptando una perspectiva conductista. Ambos están impartiendo desde un punto de vista claro, aunque no deliberado.

Por otro lado, un profesor que fomenta la investigación, el diálogo, el trabajo en equipo y la reflexión crítica se comporta desde una perspectiva constructivista, activa o crítica, con mayor disposición hacia la implicación del alumno como participante activo en el proceso de aprendizaje y no simplemente como receptor de información.

2. Peligros de no tener conciencia pedagógica


Uno de los riesgos más significativos de impartir enseñanza sin poner en duda el enfoque que orienta nuestras prácticas es la inconsistencia educativa. Por ejemplo, se podría promover el razonamiento crítico en clase, pero después implementar exámenes que solo evalúen la memoria; o se podría discutir la participación, pero tomar todas las decisiones de forma autoritaria. Esto provoca desorientación en los alumnos, merma la experiencia educativa y restringe el desarrollo de competencias complejas.

Otro peligro es replicar prácticas anticuadas que podrían ya no satisfacer las demandas del contexto presente. La educación está en constante evolución, y continuar con la enseñanza de hace décadas, sin renovar la metodología pedagógica, puede excluir a numerosos alumnos, especialmente a aquellos que requieren una educación más inclusiva, contextualizada y participativa.

 Por lo tanto:

Enseñar sin un modelo representa una fantasía. A pesar de que no lo denominamos, siempre existe una idea fundamental que guía nuestras acciones. No solo es esencial enseñar, sino también hacerlo con conciencia, ética y consistencia. Entender qué modelo educativo aplicamos es esencial para perfeccionar nuestra práctica, atender de manera más efectiva a nuestros alumnos y aportar a una educación realmente relevante.

¿Ya estás al tanto de qué modelo enseñas?

 

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Referencias bibliográficas: 

Badilla Zamora, I., Ramírez García, A., & Rojas Acevedo, K. (2015). Conciencia pedagógica: Una oportunidad para aprender. Innovaciones Educativas, 17(23), 19–28. https://www.redalyc.org/pdf/7600/760079736003.pdf

Mechavarria. (2023b, March 28). Te contamos lo que debes saber sobre los modelos pedagógicos. Grupo Geard Ecuador. https://grupogeard.com/ec/blog/educacion/te-contamos-modelos-pedagogicos/

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